Nave agrícola en las cabezas de San Juan

La instalación, destinada a explotación agrícola, cuenta con una superficie construida de 3.100 m2. La nave principal se configura con el típico pórtico a dos aguas con una extensión en forma de porche en uno de sus laterales. El interior responde a un único espacio diáfano sin pilares intermedios. Los pilares son de tipo HEB y las vigas IPE acartabonadas en sus arranques. La oficina se resuelve con tipología similar.

El edificio se cimenta sobre un terreno de arcillas expansivas por lo que hubo que recurrir a buscar el apoyo por debajo de la capa activa del terreno mediante pozos de hormigón en masa. Por este motivo, y aprovechando la existencia de pórticos con 3 pilares, se diseñaron los apoyos como articulados, por lo que se reducían las dimensiones de las zapatas y se reducía así la exposición de los cimientos a la expansividad.

La autoría del proyecto le pertenece a la arquitecta María Dolores Rubio.